LA FLAMA ESTUDI FAMILY

Durante 11 años trabajé en un empleo fijo, estable pero vacía.
Un trabajo en cadena, repetitivo y sin espacio para la creatividad. Sabía que esa no era la vida que quería, así que un día, con más miedo que certezas, decidí dejarlo todo y empezar de cero.
Así nació La Flama Estudi. Siempre me ha gustado la ropa personalizada, la exclusividad, los regalos que emocionan.
Me encanta pensar que una prenda puede contar algo de ti: una historia, una anécdota, una persona o incluso tu mascota.
Aquí cada diseño tiene alma, y eso se nota.

Se unió al equipo como quien no quiere la cosa… y ahora no puedo vivir sin él (ni sin que me arregle la web, los envíos, las impresiones, las redes y hasta el café si hace falta).
Él es la parte técnica, el que hace que todo funcione mientras yo me peleo con los hilos y las ideas locas.

¿El alma de todo esto? Flama, nuestra perra podenca, la jefa de verdad.
Desde que la rescatamos, lo revolucionó todo (corazón incluido). Ella representa libertad, energía y carácter.

Nuestros dos gatos, encargados de logística emocional y supervisión estratégica (también conocidos como: los que se suben al teclado cuando más prisa hay).
No hay reunión sin ellos, ni pedido sin que pasen a inspeccionar la caja. Si recibes algo con pelos… es cortesía de la casa.